Thursday, August 30, 2018

Cuéntame tu secreto

Cuéntame tu secreto
¿Te lo cuento o te lo invento?

La gran peculiaridad de los secretos es que, como no están diseñados para ser públicos, pueden ser ideados, maquinados, confabulados y aún así ser reales, porque solo existen, o sólo deberían existir entre dos personas o en un grupo muy reducido si fuera el caso.

La verdad en un secreto es subjetiva, y está sujeta a interpretación y ese en realidad, es el secreto mejor guardado, el que nunca se revela, aquel que se queda enterrado en lo más profundo de nuestra conciencia hasta que termina por olvidarse o se va modificado hasta convertirse en una mentira que valga la pena ser revelada como un secreto.

Thursday, August 16, 2018

Broccoli

El brócoli se da mejor en verano, eso fue algo que aprendí en Lecce 


¿Porqué fui a Lecce? Es una historia totalmente distinta, no tenía ninguna intención de viajar por el sur de Italia pero mientras estaba en Roma me escribió mi prima Renata diciéndome que mi abuela quería una medallita de la basílica de la Santa Croce.

No es como que todos los días esté por Italia, y cuando tu abuela te pide algo así, no tienes mucha opción. Así que, tres días y tres trenes después, caminaba por el empedrado de la Via Umberto, con una medalla de San Benito en la mano, sudando como un puerco y sin mucha idea de qué hacer.  -  San Benedetto è molto miracoloso- una voz femenina me dijo a la espalda. Giré hacía ella e inmediatamente creí en lo que me decía, San Benito había cumplido su primer milagro, me había traído un ángel de piel bronceada por el sol, labios rojos, ojos grandes y un bosque que parecía escapar ente la mascada que usaba sobre sobre la cabeza, la foresta inexplorada, indomable.

Scusa- le respondí mintiendo- Non credo nei miracoli. Mi respuesta la hizo reír. - Non ti credo- me dijo mirándome fijamente a los ojos. -  Tutto in questa vita, é un miracolo. 


Me tomó de la mano y comenzó a caminar.

La seguí sin dudarlo ni un instante, por alguna razón me sentía en paz con ella. Me hablaba de la historia de la Ciudad, de cómo fue fundada y de la dominación del Imperio Bizantino, los normandos y los nazis. De población que ha sufrido invasiones y pestes, y aún así es alegre y despreocupada. 

En el camino hacia la costa, pasamos por un sembradío de brócoli, miré esa melena exhuberante y no pude evitar echarme a reír a carcajadas. - ¿Cosa fai? - me preguntó extrañada. - Sono i tuoi capelli, contesté tratando de aguantar la risa  - Sembra un broccoli.

Nos reímos como unos bobos como por 10 minutos. 

Esa tarde fue inolvidable, paseamos y hablamos de cosas sin importancia; yo prometí escribirle, pero nunca lo hice. Tal vez sea porque no quise arruinar la magia de una tarde con la aburrida cotidianidad. Al otro día le compré otra medalla de San Benito a mi abuela, la original la guardé para mí, como uno de los mejores recuerdos de mi vida.

No como brócoli porque me recuerda a su cabello y me hace reír, nadie lo entiende. No me importa, es una de esas historias a las que recurro, un pequeño refugio de la memoria.

Templos

Una de las.cosas que me intrigan de los templos, es para qué o para quién están construidos. Lugares de adoración a los dioses, centros ceremoniales y sagrados.

Íconos de belleza arquitectónica, epicentros de sabiduría ancestral.

Extensiones del cielo o del inframundo, cuerpos celestes depositados en la tierra con el propósito de convertirse en refugios, santuarios para quienes son dignos de visitarlos, de quienes son bienvenidos en la tierra prometida, en territorio sagrado.

Yo, un simple mortal sin linaje ni espiritualidad, me limito a rodear el templo, un simple turista, que quiere aprender, que quiere saber más sobre los misterios que guarda.

Que se sabe ajeno, que espera en el exterior sonriendo, como si los dioses le fueran a conceder la venia de poder pasear por los  pasillos prohibidos de una civilización ancestral cuyo encanto y fascinación a veces no le dejan dormir.

Wednesday, August 15, 2018

La mentira más grande del mundo

Te diría que ya no me acuerdo de ti y de tus ojos profundos que miran un poco más allá de lo que regularmente consiento.

Que no tengo memoria de tu cabello que juega y se enreda entre mis pensamientos en los momentos más inoportunos.

Que tu sonrisa, no es el suave suplicio que refleja tantas cosas que se hace imposible no mirarla.

Te diría que ya no recuerdo cómo eres, pero sería la mentira más grande del mundo.

Tuesday, August 14, 2018

Omnipresente

Siempre y en todas partes, 

aunque no quiera, 

la idea de ti 

invasiva, resiliente.

Constante y en todo momento

aunque la evada,

tu imagen,

incisiva, insistente.

A todas horas y a donde vaya

aunque me niegue,

las ganas de querer

inquebrantables, impertinentes.

Pero la realidad es distinta,

no es negociable

lo que no puede ser

implacable, omnipresente

Sunday, August 12, 2018

Suite No 1

No lo hago por el dinero, en primer lugar porque no recibo lo suficientemente y en segundo lugar por el riesgo que corro, toco en el metro como un acto de disrupción. Me gusta pensar que al escuchar a Bach en el metro, las personas se distraen, se confunden, se sorprenden o se asustan.

Cualquiera de estas reacciones los saca de cualquier estado mental en el que vengan y esto hace que el cerebro se active y por lo tanto fluya la creatividad.

He recibido muchas y muy diversas reacciones cuando planto mi violonchelo en pleno andén del metro y me pongo a tocar: sonrisas, aplausos, abucheos, burlas, palmadas de apoyo, señas groseras y la verdad es que agradezco cada una de ellas; porque cada reacción, buena o mala significa que la música los ha tocado y han salido de la rutina para prestar atención a la música y manifestarse al respecto. Esa es la finalidad del artista, trascender de tal manera que el público muestre sus emociones, se inspire, se motive, se inquiete.

Esta noche una chica se detuvo a escucharme, me miraba como si no estuviera totalmente segura de que en realidad estuviera ahí, como si fuera una aparición o la materialización de un recuerdo lejano.

Sacó un lápiz y una libreta y se puso a dibujar, (o al menos creo que eso hacia). 

Finalmente llegó un tren, me dijo adiós con la mano, se subió y de fue. Alcancé a ver que miraba a través del vidrio de las puertas mientras el tren se alejaba.

Me hubiera gustado ver el dibujo, me hubiera gustado saber su nombre, besar sus labios rojos y carnosos.

Tal vez la próxima vez, si la música nos vuelve a encontrar. Mientras tanto, seguiré tocando para ella, hasta que la encuentre o me encuentre. Lo que ocurra primero.

Tuesday, August 07, 2018

Como Juan Escutia

La velada era perfecta, la música, el ambiente, la morra que acababa de conocer, ¿no les ha pasado que platican con alguien cinco minutos y sienten que le conocen de toda la vida?. Subimos como 20 instagram stories, yo la miraba a los ojos y me reflejaba en su sonrisa. El tiempo transcurría lento, como si tuviera un pacto con Cronos que hacía que cada minuto juntos se sintiera eterno, como si por por primera vez en mucho tiempo, el viento soplara a mi favor.

La invité a la azotea, me siguió tomándome del brazo, sus palmas eran ásperas, manos de artista, su cabello, un enigma de serpientes enredadas que me llamaban, que me atraían para convertirme en piedra. Era medusa, yo Perseo.

Nos gustaban las mismas rolas, nos reímos de las mismas tonterías; yo le dediqué mi sonrisa número 4, esa que dice: no me estoy riendo de ti, me estoy riendo contigo. Todo lo que decía me parecía interesante, todo lo que yo decía la hacía sonreír.

Así que me armé de valor y me lancé como Juan Escutia hacia sus labios, el lance más valiente que una persona puede realizar, porque siempre se corre el riesgo del terrible y humillante fracaso, el fuego ardiente del infierno del rechazo, pero por otra parte, está la gloria de la correspondencia, la experiencia inolvidable del primer beso.

Y como Juan Escutia, encontré el vacío, el aire helado de la noche congelándome los pómulos, el horror de no querer abrir los ojos y saberme derrotado por las fuerzas invasoras, aferrado a mi bandera, transitaba en la caída heróica de quien se lanza por todo y se queda sin nada.

Monday, August 06, 2018

Punks roba tragos


Lo más difícil de ser punk no es el rechazo social ni el constante acoso de las autoridades, no. Lo más difícil de ser punk es conseguir un trago decente. Por alguna razón, los bartenders de esta ciudad nunca le sirven tragos a los punks. Tal vez sea porque se sienten intimidados, tal vez en alguna época olvidada hubo una separación de los clanes y ellos siguen guardando rencor, o simplemente les cagamos. El caso es que no hay forma de lidiar con ellos, y, cuando nos "hacen el favor" de atendernos, nos sirven chela tibia o martinis que no están ni shaken ni stirred.

¿Qué opción nos queda más que tener que robar tragos?.
Robar tragos no es un acto de rebeldía, no  son acciones de guerrilla urbana, mucho menos operaciones encubiertas con la finalidad de derrocar al sistema opresor, es un simple acto de supervivencia, porque por más duros que seamos los punks, por más dolor y desesperanza que nuestro corazón pueda resistir, no se puede ser punk y tener sed. No se puede hacer un llamado anti stablishment con la garganta seca, la rebeldía y la transgresión psicóloga, simplemente no son posibles sin la lubricación necesaria.

Por eso nos vemos obligados a robar tragos, a circundar las mesas buscando un pequeño descuido para asestar, con un movimiento certero, casi quirúrgico, un manotazo que despoja al incauto de su trago sin derramar una sola gota del vital líquido.
Nos llaman los punks roba tragos, pero si no lo hiciéramos, a duras penas, nos podrían llamar punks.