Tuesday, September 20, 2016

Common People

Un homenaje a Pulp y Jarvis Cocker

Fumaba unos Marlboro sentado en las escaleras mirando uno de los pegasos en las afueras del Palacio de Bellas Artes, nunca se había detenido en ello,  una caballo alado queriendo alzar el vuelo y montado a pelo por una figura humana, que no parecía quereselo impedir, pero lo hacía.

-¿Tu que sabes de escultura?- interrumpió una voz adolescente en uniforme de escuela privada.
- No mucho- le respondió sin quitar la vista de su objetivo principal- Lo único que sé es que me gusta, y eso es suficiente para mi- 

- No te puede gustar algo que no entiendes, insistió aquella chica en su jumper cuadriculado y sueter verde- Los pegasos fueron esculpidos por Agustin Querol, un español, y simbolizan la elevación de los genios del drama y la lírica hacia el Parnaso"- lo alecciono en tono condescendiente.
-Gracias Miss- respondió ajeno y sarcástico- ¿eso va a venir en el exámen?

- Lo que pasa es que a mi si me gusta el arte, y me gusta entenderlo, por eso me voy a ir a estudiar a Londres- le aclaró, para que supiera bien con quién hablaba.

- Londres ¿eh? - le dijo mientras por primera vez volteaba a ver su rostro- Eso hay que festejarlo, invitate las cubas. Se incorporó, apagó el cigarro, tiró la colilla al suelo y empezó a caminar.

Ella accedió tácitamente y comenzó a seguirlo, cruzando la calle e internándose en 5 de mayo.
El se detuvo súbitamente - Como eres fresita, pues te traje a la Ópera- le dijo quitánose las gafas oscuras, dejandola ver sus ojos oscuros y apagados- Pero antes ponte mi chamarra sobre tu sueter o no nos van a dejar entrar.

Ella accedió haciendo una mueca de resignación, la chamarra negra, era ligera, más bien era un rompe vientos, se dejó tomar de la mano e ingresaron a aquella cantina histórica.

La llevó directo a la barra - Buenas jóvenes- los saludo amablemente el Barman - ¿qué va a ser?-
- Una botella de bacalao- dijo él rápidamente, hielo, aguas y coca zero, porque vengo con una fresita. Y la botana del día, ella paga.

El cantinero la míró esperando aceptación de su parte, lo hizo inclinando la cabeza. Empezaba a sentirse nerviosa, tal vez estaba cometiendo una equivocación, pero era demasiado tarde para echarse para atrás, así que le dió un sorbo a la cuba y procedió con su plan.

- ¿Ésto es lo que haces regularmente? - le preguntó tratando de no sonar ensayada.
- No que va - respondió casi con risa - venimos aquí por ti, yo voy a lugares mas barrio, no te gustaría.
-No lo puedes saber- lo interrumpió, - tal vez me gusten, quiero conocer esos lugares, quiero comer donde tu comes, quiero conocer a gente como tu, saber qué hacen, cómo lo hacen, quiero meterme con gente como tu.
- ¿Gente como yo? - indagó él, - si, como tu- prosiguió ella - gente común y corriente, estoy harta de mi circulo de amigos, puro poser de hueva, quiero conocer a la gente real.

Él tomó su vaso, se bebió lo que le quedaba de cuba, y se sirvió otra. - No manches niña, no sabes de lo que hablas; la gente como tu, no puede andar con gente como yo, no aguantarías ni un día.

- ¿Tú que sabes de mí? - lo volvió a interrumpir; - Lo mismo que se de escultura- le devolvió la falta de cortesía - No se nada de ti, pero puedo asegurarte que nunca has pasado un día con hambre, nunca te has ido a dormir viendo a las cucarachas desfillar por las grietas de las paredes, jamás se te has bañado con agua fria por las mañanas cuando no pasa el gas y mucho menos has compartido una caguama.

- No, nunca he hecho eso- aclaró - pero no significa que no lo quiera hacer, y lo quiero hacer contigo.
Entrecerrando los ojos, soltó una ligera risa que reparó en sonrisa. - Chale, si eso quieres, pues qué le vamos a hacer, nomás luego no llores-.