De llamar, me llamo

Me llamo como me llamo, pero mi nombre ya no es importante, por que no me han dejado ser, me han dejado sin ser, me han demostrado que mi individualidad no importa, que ni siquiera son un numero, un pedazo, un participante en el porcentaje.
Me llamo como me llamo, pero preferiría no llamarme y llamar, no me refiero a criar llamas en el Perú ni nada de eso, sino a llamar, levantar la voz, convocar, reunir, aunque sea para no estar de acuerdo en todo, solo en algunas cosas, las más simples, esas que cada día de vuelven fundamentales, en las cosas que nos hacen volver a ser, que respetan quienes somos, y una vez que hayamos recuperado nuestro ser, podemos definir, entonces, hacia dónde vamos.
Me llamo como me llamo, pero cambio mi nombre, por el poder de convocatoria.