El descontrol natural

Mirar a un punto fijo en el horizonte para evitar el mareo es una práctica tan común que pasa desapercibida en el radar de lo socialmente aceptable, cruzar las piernas al sentarse para evitar revelaciones es un canon inviolable en el manual de las buenas costumbres, ¿pero que hay de aquellas faltas a la moral que apenas trasgreden? Eso pequeños refugios no etiquetados, esas libertades amorales que nos hacen senti anárquicos en un mundo subyugado por el Manual de Carreño, esos desafíos inherentes a la moral colectiva.

El descontrol natural es una práctica común, que no por ser imperceptible se convierte en menos importante, son los segundos de extasís que causa el alcohol, las fantasías más irrelizables de nuestra conciencia colectiva, el simple sueño de un mundo ideal, que no necesariamente es mejor, pero que es tan distinto a nuestra realidad que se hace exquisitamente atractivo.

En un mundo en que las realidades sobrepasan nuestras propias expectativas, el descontrol natural es la única forma de mantener balance entre lo que nos sucede y lo que soñamos que nos suceda.