Saturday, August 06, 2016

La buena de Dios



Narrador 1: Amigos bieeeeenvenidos a una edición más del Clásico bíblico, una rivalidad que data desde el principio de lo tiempos, Pepe Narra los saluda junto a mi compañero y amigo Aquileeeees Baeza.

Narrador 2: Muchas gracias Pépe, amigos aficionados al balompié; en efecto cuando Dios dijo hágase la luz, la siguiente frase fue hágase el futbol y aquí estamos, listos para presenciar una edición más de la lucha entre el bien el mal, transmitiéndo en vivo y en directo desde el Monumental Estadio del Limbo.
Los Ángeles del Deportivo Cielo se enfrentan a su acérrimo rival, los Demonios del Infierno Futbol Club.

Narrador 1: Ya saltan los equipos a la cancha y la multitud enloquece apoyando a sus máximos ídolos, no cabe un alma en este hermoso estadio, a menos por supuesto, que durante los 90 minutos, muera algún no bautizado y se una a la fiesta que se vve en las tribunas.

Narrador 2: Pépe es importante señalar que el colegiado está integrado por deidades hinduístas ya que todos los árbitros disponibles tienen pacto con el Diablo y la FFI (Federación de Futbol del Inframundo) quiere asegurar que el marcaje sea imparcial.

Narrador 1: Así es mi estimado Aquiles, también por ello se ha dispuesto que se haga en cancha neutral.
Me parece que ya tenemos listas las alineaciones.

Narrador 2: Estás en lo correcto mi estimado Pepe: por parte del equipo que hoy viste de azul celeste tenemos un 4-3-3 cantado.
En la portería está el Arcángel Rafael, en la defensa por los laterales tenemos a Sariel y Remiel, la central la juegan los gemelos Querubines conocidos por defender la puertas del Edén.

Narrador 1: ¡Esos dos no dejan pasar ni el aire!

Narrador 2: En la media, jugando el doble pivote  están el Arcángel Miguel, gran recuperador de balones y Uriel, armador nato; complementa, un poco más adelantado, el "Mensajero" Gabriel que se encarga de distribuir el juego. 
Y por supuesto en la delantera tenemos a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un tridente que no se cansa de hacer goles mi querido Pepe.

Narrador 1: En efecto Sr. Baeza, este planteamiento le viene funcionando a los de Los Cielos desde hace más de 2,000 años, y da gusto ver a Jesús totalmente recuperado de la crucificción que lo alejó algún tiempo de las canchas.
¿Pero que me dices de los de rojo?.

Narrador 2: Gracias Pepe, como bien lo dices, desde lo más profundo del averno, vistiendo casaca roja y pantaloncillos negros, está el equipo del infierno que sencillamente son Satanás más 10.

Narrador 1: Es correcto, estos demonios no tienen nombre, solo se denominan Legión y juegan a darle el balón a Satanás, número 10 y Capitán del equipo que posee un pique endemoniado y le pega como si tuviera pata de mula.

Narrador 2: Me parece que son patas de cabra Pépe.

Narrador 1: Cabra, mula, jirafa, da igual Aquíles,  Satán, es un rompe redes implacable.

Narrador 2: Pero están a punto de iniciar las acciones Pépe, los equipos ya están en sus posiciones, el central checa con sus asistentes y está por dar el silbatazo inicial.

Narrador 1: ¡Suena el silbato, se incendian los corazónes y arrrrrrrranca el encuentro!.

El Infierno mueve hacia atrás, Legión la pasa de un lado a otro intentando atraer al equipo Celeste para abrir el centro y aprovechar la velocidad de su capitán, pero los alados no muerden al anzuelo.

Narrador 2: Es bien sabido que fue el mismísimo Satanás quien inventó este estilo de juego, mejor conocido como el catenaccio.

Narrador 1: Ya se anima el equipo de rojo, buscan triangular al frente, eleven el balón buscando al 10 que se sacudió la marca de Uriel, pero Miguel adelanta de cabeza y roba el esférico, se apoya en Gabriel, caaaambio de juego para Jesucristo que la baja de pecho, toca para el Espíritu Santo, ¡que gran recorte!, le destroza la cintura a un demonio, tiene a Dios por el centro, para él va el balón, Dios la recibe, le salen dos a la marca, gambetea, gira hacia la izquierda, se le adelanta el balón, le sale el portero, saca el dispaaaaaarooooooooo, desviaaaaado de la portería.
Perdona el Altísimo en la primera clara para el equipo celestial, Aquiles.

Narrador 2: La tuvo, pero hay que darle crédito a la defensa infernal, lo apretaron para obligar al Creador a cambiar de perfil y conectar de pierna izquierda, fuerte pero sin dirección.
De haber rematado de derecha, que es la buena de Dios,  ya estaríamos cantando el primer gol del encuentro...
 

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