Saturday, March 04, 2006

Cuenta progresiva

Que inusual es éste silencio, ésta voz en mi cabeza, me pregunto si estaré imaginando todo esto, si no es uno de esos sueños de los que no puedo despertar. Pero se siente tan real, y la voz es tan familiar, que empiezo a sospechar que es la mía, pero no me parece reconocerla del todo.

La oscuridad es total, no se si es por que es de noche o porque tengo los ojos cerrados; puedo reconocer lo que sucede al otro lado de mis párpados, me encuentro en un estado de totalidad, no se si estoy de pié o estoy sentado, no siento presión alguna en el cuerpo, no experimento calor, o frío. La voz me sigue hablando, pongo atención, pero no entiendo lo que dice, trato de reconocerla, pero mientras más me concentro, se pierde en una especie de eco, casi metálico.

Esto, es algo fuera de lo normal, me siento extrañamente relajado, no tengo ansiedad ni angustia. No se si quiero despertar. Me parece escuchar, como la voz cuenta una y otra vez, me convenzo, voy a intentar despertar, aquí viene, voy a intentar despertar, uno, dos, tres – Por dios santo Fermín, ¡respira!.- Intentemos una vez más.- Lo siento, llevamos en esto cinco minutos, y aún no hay pulso.

Fotografía, cortesía de El gato de azotea

Viste La azotea del infierno

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